«Edificio Rímac: El coloso escondido de Lima que transformó la vivienda y desafió el tiempo»

Caminar por el Centro de Lima es sumergirse en una ciudad de capas. Hay avenidas donde el bullicio del tránsito moderno se entrelaza con susurros del pasado. Y en una de esas esquinas donde el tiempo parece detenerse, emerge imponente el Edificio Rímac, también conocido como la Casa Roosevelt. Esta joya arquitectónica no solo marcó un hito en la evolución urbana de la capital peruana, sino que sigue siendo una pieza maestra poco reconocida por quienes cruzan a diario sus sombras.

Este no es un edificio más. Es un testimonio físico del paso de Lima hacia la modernidad, cuando la ciudad, aún colonial en su trazo, comenzaba a mirar hacia Europa no solo como influencia cultural, sino como modelo urbano. Y tú, lector, estás por recorrer sus pasillos, sentir sus texturas y descubrir su espíritu.

Una manzana entera dedicada al arte y la innovación

Ubicado estratégicamente entre el Paseo de la República, jirón Carabaya, jirón de la Unión y la avenida Bolivia, el Edificio Rímac ocupa nada menos que 6,500 m². Desde la vereda, su presencia es contundente: dos fachadas monumentales de 84 y 70 metros abrazan la manzana con una elegancia simétrica, característica del estilo Beaux-Arts, con toques del Segundo Imperio Francés.

Al observarlo desde el exterior, uno no puede ignorar el detalle de sus mansardas importadas de Francia, que coronan el cuarto nivel con un aire de aristocracia europea. Pero basta dar un paso hacia su interior para que la experiencia se transforme.

Fotografía capturada por Manuel Linares · © manuel-linares.com · para perutop40.com
Fotografía capturada por Manuel Linares · © manuel-linares.com · para perutop40.com

Luz, aire y altura: una revolución habitacional

En una Lima que aún privilegiaba casas unifamiliares, el Edificio Rímac fue el pionero en ofrecer vivienda multifamiliar. Diseñado en 1924 por el maestro Ricardo de Jaxa Malachowski, este edificio no solo propuso un nuevo modelo de vivienda urbana, sino que lo hizo pensando en el confort y la funcionalidad: tres patios interiores distribuyen la luz y la ventilación natural con una inteligencia arquitectónica admirable. Aquí, el aire circula sin esfuerzo, y cada rincón parece diseñado para invitar al sol.

Durante tu recorrido, probablemente imagines el sonido de las puertas de madera abriéndose, el eco de los pasos por los pasillos amplios y el sonido mecánico de un antiguo ascensor que fue, por cierto, uno de los primeros instalados en Lima por la empresa Otis.

Con 24 departamentos en los primeros dos pisos y 45 en los superiores, el edificio ofrecía una solución de vivienda vertical a una ciudad en expansión. En tiempos del presidente Augusto B. Leguía, este concepto era pura vanguardia.

Beaux-Arts en Lima: una estética con alma europea y corazón limeño

Su fachada, majestuosa y disciplinada, refleja los ideales del academicismo francés. El edificio se organiza en tres cuerpos: un zócalo de base sólida, un cuerpo principal con amplias ventanas y balcones, y un remate elegante, coronado con techos en ángulo. Esta composición, lejos de ser solo decorativa, responde a principios de jerarquía visual y equilibrio clásico.

Ricardo de Jaxa Malachowski, el arquitecto detrás de esta obra, nació en Polonia y llegó a Lima en 1911. Con formación en la Escuela de Bellas Artes de Francia, no tardó en dejar su sello en el paisaje urbano limeño. No solo diseñó edificios, moldeó el carácter de una ciudad que aún hoy busca su equilibrio entre tradición e innovación.

Entre esplendor y abandono: un patrimonio que exige atención

En 2007, la Municipalidad Metropolitana de Lima restauró la fachada del Edificio Rímac, reconociendo su valor histórico. Sin embargo, las intervenciones no fueron integrales. Circulan versiones de que su interior se encuentra en estado ruinoso, un contraste desgarrador con su glorioso pasado. Caminar por sus pasillos hoy es también un ejercicio de memoria, una experiencia de belleza deslucida por el tiempo, pero no olvidada.

Fotografía capturada por Manuel Linares · © manuel-linares.com · para perutop40.com

A pesar de su historia, su estilo, su impacto y su monumentalidad, el Edificio Rímac no figura en las rutas turísticas tradicionales de Lima. En una ciudad donde los centros comerciales desplazan a los edificios patrimoniales, su valor permanece oculto a simple vista, pero vivo para quienes saben mirar.

Visitarlo —o incluso detenerse a observarlo con detenimiento— es reconectar con una Lima que soñaba en grande, que apostaba por la arquitectura como símbolo de modernidad. Es también un llamado a la conservación, al aprecio y al rescate de una memoria urbana que está escrita en piedra, pero necesita nuevas voces para seguir contando su historia.

Fuentes:

Guía Arquitectónica de Lima y Callao, CAP Regional Lima, 2016.

Angulo, Jazmine. “El legado del edificio Rímac: pionero en viviendas multifamiliares y único con ascensor en Lima”, Infobae Perú, 25 de diciembre de 2023.

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